Silvia Freire
es argentina y vive en Buenos Aires, Capital Federal.Escritora, conferencista conductora de TV, columnista de radio,y guía de un nutrido grupo de personas a las que acompaña en el camino hacia la plenitud.
Estas actividades son distintos aspectos de su única función, que es la de llegar a la gente con un mensaje de cambio personal, autoeducación y crecimiento espiritual.
Su mensaje está orientado hacia el trabajo personal y el cambio a partir de la auto-observación. Se basa en distintas herramientas de auto-conocimiento y superación, y el Curso de Milagros como medio fundamental para el cambio interior.
Ha escrito varios libros y dado múltiples conferencias en distintos puntos del país.

 

 REFLEXIONES DE

SILVIA FREIRE:


Lecciones 248 a 254 - Un Curso de Milagros


Lección 248: "Lo que sufre no forma parte de mí."
He abjurado de la verdad. Permítaseme ahora ser igualmente firme y abjurar de la falsedad. Lo que sufre no forma parte de mí. Yo no soy aquello que siente pesar. Lo que experimenta dolor no es sino una ilusión de mi mente. Lo que muere, en realidad nunca vivió, y sólo se burlaba de la verdad con respecto a mí mismo. Ahora abjuro de todos los conceptos de mí mismo, y de los engaños y mentiras acerca del Santo Hijo de Dios. Ahora estoy listo para aceptarlo nuevamente como Dios lo creó, y como aún es.
"Padre, mi viejo amor por tí retorna, y me permite también amar nuevamente a Tu Hijo. Padre, soy tal como Tú me creaste. Ahora recuerdo Tu Amor, así como el mío propio. Ahora comprendo que son uno."

Lección 249: "El perdón pone fin a todo sufrimiento y a toda sensación de pérdida."
El perdón nos ofrece un cuadro de un mundo en el que ya no hay sufrimiento, es imposible perder y la ira no tiene sentido. El ataque ha desaparecido, y a la locura le ha llegado su fin. ¿Qué sufrimiento podría concebirse ahora? ¿En qué pérdida se podría incurrir? El mundo se convierte en un remanso de dicha, abundancia, caridad y generosidad sin fin. Se asemeja tanto al Cielo ahora, que se transforma en un instante en la luz que refleja. Y así, la jornada que el Hijo de Dios emprendió ha culminado en la misma luz de la que Él emanó.
"Padre, queremos devolverte nuestras mentes. Las hemos traicionado, sumido en la amargura y atemorizado con pensamientos de violencia y muerte. Ahora queremos descansar nuevamente en Tí, tal como Tú nos creaste."

Lección 250: "Que no vea ninguna limitación en mí."
Permítaseme contemplar al Hijo de Dios hoy y ser un testigo de su gloria. Y que no trate de empañar la santa luz que mora en él y ver su fuerza menoscabada y reducida a la fragilidad; que no perciba en él las deficiencias con las que atacaría su soberanía.
"Él es Tu Hijo, Padre mío. Y hoy quiero contemplar su ternura en lugar de mis ilusiones. Él es lo que yo soy, y tal como lo vea a él, me veré a mí mismo. Hoy quiero ver verdaderamente, para que en este mismo día pueda por fin identificarme con él."

Tema de reflexión: (4) "¿Qué es el pecado?"
Es demencia, es lo que hace que la mente pierda su cordura y trate de que las ilusiones ocupen el lugar de la verdad. Los sentidos colaboran con las ilusiones; usarlos es no saber. La verdad sólo se compone de conocimiento y nada más. El cuerpo es el instrumento que la mente fabricó en su afán de engañarse a sí misma, y su propósito es luchar, cambiando de objetivos de acuerdo a lo que la mente le dicta.
El pecado es la morada de las ilusiones, que representan cosas imaginarias procedentes de pensamientos falsos. Las ilusiones "prueban" que lo que no es real lo es. El pecado "prueba" que el Hijo de Dios es malo. El pecado parece ciertamente aterrador; sin embargo, lo que el pecado percibe es sólo un juego de niños; el Hijo de Dios puede jugar a ser malo, y a ser un cuerpo; mientras, Dios siguió derramando Su Luz sobre él y amándolo con un Amor eterno que sus pretensiones no pueden alterar.
¿Hasta cuándo, Hijo de Dios, seguirás jugando esos juegos peligrosos? ¿Cuándo estarás listo para regresar a tu hogar? ¿Hoy, quizá? El pecado no existe, la creación no ha cambiado. ¿Deseas aún seguir demorando tu regreso al Cielo? ¿Hasta cuándo, Hijo de Dios, seguirás demorándote?

Lección 251: "No necesito nada más que la Verdad."
Busqué miles de cosas y lo único que encontré fue desconsuelo. Ahora sólo busco una, pues en ella reside todo lo que necesito, y lo único que necesito. Jamás necesité nada de lo que antes buscaba, y ni siquiera lo quería. No reconocía mi única necesidad, pero ahora veo que solamente necesito la verdad. Con ella todas mis necesidades quedan satisfechas, mis ansias desaparecen, mis anhelos se hacen finalmente realidad y a los sueños les llega su fin. Ahora dispongo de todo cuanto podría necesitar, todo cuanto podría querer; y ahora, por fin, encuentro paz.
"Y por esa paz, Padre nuestro, te damos gracias. Lo que nos negamos a nosotros mismos, Tú nos lo has restituído, y ello es lo único que en verdad queremos."

Lección 252: "El Hijo de Dios es mi identidad."
La santidad de mi Ser transciende todos los pensamientos de santidad que pueda concebir ahora. Su refulgente y perfecta pureza es mucho más brillante que cualquier luz que jamás haya contemplado. Su amor es ilimitado, y su intensidad es tal que abarca dentro de sí todas las cosas en la calma de una queda certeza. Su fortaleza no procede de los ardientes impulsos que hacen girar al mundo, sino del Amor ilimitado de Dios Mismo. ¡Cuán alejado de este mundo debe estar mi Ser! Y sin embargo, ¡cuán cerca de mí y de Dios!
"Padre, tú conoces mi verdadera identidad. Revélamela ahora a mí que soy Tu Hijo, para que pueda despertar a la verdad en Tí, y saber que se me ha restituído el Cielo."

Lección 253: "Mi Ser es amo y señor del Universo."
Es imposible que me pase algo sin yo mismo haberlo pedido. Aún en este mundo, soy yo el que rige mi destino. Lo que sucede es lo que deseo. Lo que no ocurre es lo que no deseo que suceda. Tengo que aceptar ésto. Pues de esta manera se me conduce más allá de este mundo a mis creaciones, las criaturas de mi voluntad, las cuales moran en el Cielo junto con mi santo Ser y con Aquel que me creó.
Tú eres el Ser a Quien Tú creaste como el Hijo, el cual crea como Tú y es uno Contigo. Mi Ser, que es señor y amo del Universo, no es sino la perfecta unión de Tu Voluntad con la mía, la cual no puede sino asentir gustosamente a la Tuya, de modo que pueda extenderse hasta Sí misma."

Lección 254: "Que se acalle en mí toda voz que no sea la de Dios"
Padre, hoy quiero oír sólo Tu Voz. Vengo a Tí en el más profundo de los silencios para oír Tu Voz y recibir Tu Palabra. No tengo otra oración que ésta: que me des la verdad. Y la verdad no es sino Tu Voluntad, que hoy quiero compartir Contigo."
Hoy no dejaremos que los pensamientos del ego dirijan nuestras palabras o acciones. Cuando se presenten, simplemente los observaremos con calma y luego los descartaremos. No deseamos las consecuencias que nos acarrearían, por lo tanto, no elegimos conservarlos. Ahora se han acallado. Y en esa quietud, santificada por Su Amor, Dios se comunica con nosotros y nos habla de nuestra voluntad, pues hemos decidido recordarle.

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