Se entiende comúnmente por "terapias alternativas" aquellas prácticas que buscan restablecer el estado de salud en las personas por fuera de la medicina tradicional halopática.
Es preferible el uso de la expresión "terapias complementarias" ya que usualmente no se las usa para reemplazar a la medicina tradicional sino para complementarla. Quizá la expresión más correcta sea la de "terapias holísticas" ya que alude al carácter holista del enfoque de estas terapias, buscando restablecer el estado natural de salud en la persona tratando sus distintas dimensiones: corporal, emocional, afectivo, mental, espiritual, social, etc. dentro del paradigma holístico.
Un grave problema de la medicina halopática ha sido el de encarar las problemáticas de la persona dividiéndola en sus partes. De ese modo se desentienden cuestiones emocionales al tratar síntomas físicos. O se tratan cuestiones psicológicas como si fueran exclusivamente de química biológica. No es ingenuo este modo de abordar la salud, ya que el atacar los síntomas mediante medicación específica, sin resolver los problemas de fondo es el mejor modo de continuar aplicando distintos tipos de medicación con sus efectos secundarios.
En el fondo es todo un gran negocio. El sistema en que vivimos casi nunca favorece la prevención y la buena salud en las personas. Al contrario, se promueven hábitos alimentarios nocivos, comida chatarra o altamente industrializada. El caldo de cultivo perfecto para generar enfermedades que luego son tratadas por las medicinas que venden los grandes laboratorios, corporaciones mundiales propiedad en su mayoría de los mismos grandes bancos que dirigen el sistema.
Por este motivo, las terapias holísticas, en su enfoque integral pueden constituir una manera distinta de promover la salud y una vida más digna en sentido integral. Cuestionar estos problemas no implica negar los grandes avances que en muchos aspectos ha realizado la medicina halopática. Estos avances han permitido realizar cirujías complejas, transplantes, cuidados especiales en casos de gravedad, etc. Pero que se haya avanzado en estos aspectos no debería impedirnos ver que modos de vida más sanos son posibles, en los que se apueste más por la prevención y la salud con un sentido integral, trabajando desde lo espiritual, lo emocional, lo mental, una dieta sana y ejercicio equilibrado.
Desde el enfoque holístico se entiende que el estado natural de toda persona es el estado de salud. Si se evita aquello que perturba ese estado natural se puede tener una vida sana sin demasiados problemas. Las terapias holísticas buscan reestablecer ese estado de salud natural.
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